Quiero escribir pero la decepción no me deja,
ojalá tu maldito egoísmo se me vaya por fin de la cabeza.
Fíjate que mis expectativas sobre tu persona no eran muy elevadas,
pero para ti incluso lo más básico ha resultado ser sólo chorradas.
Cómo difiere lo que es importante para cada cual,
claro que el tipo de calaña aquí adopta un papel fundamental.
No te mereces nada, ni siquiera estos versos,
aunque para definirte, apenas he tenido que devanarme los sesos.
Desterrarte de mi corazón en la única opción que me dejas,
eso y que te metas tu gran egoísmo por donde te quepa.
Ojalá también pueda desterrarte de mi vida,
que visto lo visto, contigo me doy totalmente por vencida.
Sigue decepcionando por ahí a otros que no se lo merezcan,
que ya te tocará a ti también morder de ésta.
Porque dicen que todo lo que va luego siempre vuelve
y, sinceramente, espero que a ti te vuelva con creces.