La verdad es que no lo siento:
que se escapara mi único pájaro
con el otro ciento.
Ni que no amaneciera más temprano
aun robándole horas al sueño
y yéndome por otros derroteros.
Si es cierto eso que dicen:
que todo lo cura el tiempo,
llenemos el mundo de relojeros.
Y en esos instantes en los que vuela
icemos nuestras cometas,
que, a la vejez, viruelas.
Y aunque aquí te pille y no te mate,
recuerda que solo los tontos se consuelan
si los males asolan a cuantos los rodean.
Que para satisfacer a todos
nunca estuvo la lluvia hecha,
fueran gentes o cosechas.
Por eso el mal tiempo
gusta de buenas caras
pero no de medias tintas.
Y los castillos en el aire
se disipan con la brisa
y desdibujan las sonrisas.
La verdad es que no lo siento:
haber rondado un año
para no llegar a tiempo.
No entender de gatos pardos,
de días sin pan,
ni de refranes al viento.
SagrarioG
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