Queridos Reyes Magos,
hoy hago balance de otro año
que no por haber sido extraño,
y ya van dos seguidos,
merece ser olvidado.
He recuperado abrazos,
otros siguen postergados,
y he cogido la costumbre
de imaginar muchas sonrisas
sin saber cómo se dibujaron.
Me reafirmo en la verdad
de que no hemos aprendido nada
a nivel de humanidad,
pero mantengo la esperanza
de que alguna excepción habrá.
Que lo que no se puede cambiar
es todos aquellos que ya no están,
que muchos han dado demasiado,
aunque algunos lo hayan olvidado,
mientras otros tantos «na de na».
Y cuanto todo esto por fin pase,
al menos no demos por sentado
lo que creemos tan afianzado,
que un evento al otro lado del mundo
de repente puede cambiarlo.
Queridos Reyes Magos,
en mi balance del año agotado
me quedo con lo recuperado,
y en mi lista de nuevos propósitos:
no posponer nada para el próximo año.
SagrarioG
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