Me siento poderosa aunque mi barco pueda navegar a la deriva
porque sé que en el instante preciso seré capaz de sortear las rocas
y no permitiré que aborde mi amada embarcación pirata alguno,
ni que ninguna sirena me embauque con embustes o con historias.
La brújula que me marca la ruta a seguir está alojada bajo mi pecho,
sus latidos indican la dirección y velocidad adecuadas a mi travesía.
Sortearé y lidiaré con las inclemencias que me brinde el tiempo
y mantendré mi tesón firme, como con mi barco lo hace la quilla.
No necesito catalejo para contemplar las estrellas en el cielo,
ellas brillan para mí, lo sé y no preciso de nadie para recordarlo,
al igual que sé con total certeza que mañana volverá a salir el sol
y lo hará todos los días aunque haya nubes que quieran ocultarlo.
Me lanzo rauda a navegar surcando los mares en mi buque insignia,
los rayos de sol calientan mi piel, mece mi cabello la brisa marina,
la luna ilumina las noches mientras ejerce su influyo sobre las mareas
y disfruto de mi libertad sin necesitar astillero donde reparar mis penas.
Cada amanecer me traerá una nueva oportunidad de aprender,
cada amanecer despertará en mí la ilusión de otro nuevo día
y cada puesta de sol me aportará el disfrute de la serenidad
para asentar todo aquello sobre lo que me aleccione la vida.
Los falsos profetas harán lo posible por tratar de dictaminar mi futuro,
pero nada tienen que hacer, su labor inevitablemente será en vano.
Yo y solo yo tengo el poder como la única dueña que soy de mi destino,
mantengo la cabeza en alto, la vista al frente y el timón bien aferrado.
Habrá momentos de escarpados balanceos y temibles zozobras,
arduas situaciones en las que mi buque esté cercano a encallar,
entonces achicaré agua, tensaré las jarcias, remendaré mis velas,
pero no permitiré que ninguna contingencia me haga naufragar.
Si el mar me enseña su cara más fiera yo mostraré toda mi tenacidad,
si la calma chicha es lo que me espera, la paciencia infinita me colmará,
si la dirección del viento es contraria a mi ruta, mi itinerario reajustaré,
porque si no puedo controlar las circunstancias, mi actitud sí que podré.
Navego rumbo a un destino incierto buscando el favor de viento y marea
y sin más tripulación que yo misma, amarro los cabos e izo las velas.
En el horizonte solo veo el mar, pero cuando por fin tierra divise,
me aseguraré de desembarcar en un puerto sin riscos ni arrecifes.
Cuando el paso de los años deteriore el casco de mi embarcación,
simplemente lo aceptaré y recogeré con sumo cariño las astillas,
miraré hacia atrás para recordar todo lo bueno que me aconteció
y de lo malo solo me quedaré con aquellas lecciones aprendidas.
Soy capitán en un velero sin rumbo fijo, trazo mi destino al navegar,
disfruto de lleno con la travesía sin preocuparme de lo que esté por llegar.
Cada nueva jornada podrá traer consigo brisa suave o viento racheado,
pero nunca miedo al futuro y, mucho menos, fantasmas del pasado.
Soy navegante en la mar en calma o embravecida que es la vida,
repleta de victorias y de derrotas, de desventuras y de dichas,
que es capaz de curar mis heridas pero martirizarlas con su sal
y de mecerme con su dulzura o de arrastrarme a una tempestad.
SagrarioG
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Gracias por leerlo! Muchos besos
Hola Sagrario, me ha encantado. Eres poesía por dentro y por fuera.
Tienes mucho que ofrecer con tus pequeñas obras……..ya eres una escritora!!!!! Enhorabuena
Besos
Me alegra mucho que te haya gustado y gracias por suscribirte! Muchos besos
Me encanta leerte… qué alegría reencontrarte. Un besote enorme.
Muchas gracias!!
¿Qué es poesía? Poesía eres tú.
Simplemente bello.
Bonitooooo, me ha encantado, enhorabuena, sigue así.
Te acabo de descubrir y he quedado enamorada con tu poema. Sabes transmitir sentimiento. Felicidades y un abrazo.
Muchísimas gracias Mª Esther! Espero seguir enamorándote con mis escritos.