Hambre
Poemas

Hambre

Tenía hambre de saber, quería devorar todos los conocimientos posibles en la vida.

Tenía hambre de experimentar, de deglutir toda esa teoría y transformarla en práctica.

Tenía hambre de mirar más allá, quería digerir en profundidad y no solo en superficie.

Tenía necesidad de nutrirse con opiniones y sentimientos tanto propios como ajenos.

Pero se dio cuenta de que el mundo estaba repleto de estómagos satisfechos de ignorancia.

Ignorancia que aportaba una felicidad superflua e insustancial a cada uno de sus comensales.

Estómagos orondos saciados de un desconocimiento en apariencia delicioso.

Porque se había extendido una cadena de comida rápida de vacuidad y manipulación.

La ignorante saciedad de muchos se había convertido en el triunfo de unos pocos.

Y ella también tragó y se embriagó de un sabor que le impedía apreciar ese poso amargo y podrido.

Pero llegó el momento en que se hartó del repetitivo menú de lo artificial.

Y fue consciente de que vivía de una falsa sensación de saciedad.

Así que vomitó toda esa falta de nutrientes y de bilis innecesaria.

Y recuperó el hambre de conocimientos, que alimentaron su razón y también su alma y sus sentidos.

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