¿A qué huelen los libros?
A esencia de mil vidas,
vividas en nuestra mente,
sentidas en las entrañas
tan suave o intensamente.
Los libros huelen a los sueños
que imaginan sus autores
y, soñados por sus lectores,
todos se vuelven soñadores.
Narrativa, poesía y drama
albergan infinitos anhelos
de quien con su pluma plasma
la gestación de tantos sueños.
Letras, cuya melodía evocan
tan incontenibles creaciones,
que en sus trazos se transforman
en el arte de las emociones.
Una historia que transporta
al mejor de los destinos,
del que puedes retornar
con solo cerrar el libro.
Pero al que regresarás
cuando vuelvas a abrirlo
disfrutando no solo del final,
sino de su increíble recorrido.
Es lo que tiene un buen libro,
es lo que aporta su historia,
gran cantidad de sensaciones
y multitud de bellos aromas.
Los libros huelen a historias vividas,
los libros huelen a historias por vivir.
Los libros están repletos de vida
que todos podemos oler y sentir.
Quiero oler tantos libros
como historias se inventen
y deleitar a mis sentidos
con un placer que no perece.
SagrarioG
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