Cuando dispongo de un rato para mí, hay veces que surge el dilema: ¿leer o escribir?
La respuesta no es siempre sencilla cuando ambas opciones son tan atractivas, pero hay algo que suele ayudar en la elección, y ello es hacerle la consulta a mi amiga la inspiración.
Ella suele ser bastante tímida en su aparición como norma general, pero hay veces en las que se presenta de repente, queriendo desbarajustarlo todo, y como no tenga a mano un papel y un bolígrafo, al menos, lo que intento es retener su torbellino de ideas en mi cabeza hasta poderlas pasar al modo escrito, algo que a veces puede resultar un poco complicado. Lo bueno y, por fortuna, lo más habitual, es que ella emerja tranquila, gradualmente, y a mí me deje margen de maniobra.
Para conocer su respuesta, me siento frente al portátil, abro un documento en blanco y me quedo mirándolo unos instantes. Si rápidamente comienzo a escribir con fluidez de ideas, es que mi inspiración está ahí conmigo con su habitual y deliciosa tendencia progresiva y, simplemente, la dejo que me envuelva y derroche toda esa creatividad que trato de materializar a través de mis dedos.
Sin embargo, si quizás ella solo va y viene en pequeños retazos o no se presenta ni siquiera mínimamente, no la fuerzo, la dejo descansar y me deleito con un buen libro porque, aparte de mi disfrute con la lectura, sé que también la estoy cultivando a ella. La incito y la alimento con los geniales aportes de tantos escritores que hacen las delicias no solo de una amante de la lectura como yo, sino de una inspiración en ciernes, aún joven pero deseosa de seguir evolucionando y creciendo para que un día pueda llegar a ocupar ese puesto de honor que solo es capaz de otorgar la experiencia.
Ella acaba de estar conmigo, brevemente me ha guiado y ahora quiere retirarse a reposar, pero me indica sutilmente que la vuelva a alimentar. Y por qué no hacerlo con “Todo es Eventual”, los catorce relatos oscuros de Sthepen King. Quizás la próxima vez que aparezca, lo haga sumida en la terrorífica temática del gran maestro. Vayamos a ello pues, que cuando mi inspiración dispone yo soy muy bien mandada.
Estupenda sesión conjunta de escritura y de lectura, ¿qué más puedo pedir?
SagrarioG
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Gracias mamá!!!!!